Lámina San Sebastián

San Sebastián fue un mártir cristiano del siglo III, conocido por su valentía y fe. Nació en Narbona, en la actual Francia, y fue criado en Milán, Italia. Aunque era cristiano, Sebastián ingresó al ejército romano, llegando a ser capitán de la guardia del emperador Diocleciano. Aprovechó su posición para ayudar a los cristianos perseguidos y fortalecer su fe en medio de las duras pruebas de esa época.

Sebastián animaba y apoyaba a los cristianos presos por su fe, e incluso lograba convertir a algunos soldados romanos al cristianismo. Su ejemplo de bondad y valentía hizo que muchos encontraran esperanza y fuerzas para mantenerse firmes en sus creencias. Sin embargo, su compromiso con el cristianismo pronto llegó a oídos del emperador, quien ordenó que fuera arrestado.

Diocleciano lo condenó a morir atado a un árbol y asaetado por los arqueros, quienes lo dejaron cubierto de flechas, dándolo por muerto. Milagrosamente, Sebastián sobrevivió a esta tortura. Una mujer cristiana llamada Irene encontró su cuerpo herido y lo cuidó hasta que se recuperó. A pesar de su sufrimiento, Sebastián volvió a presentarse ante el emperador para reprocharle su crueldad hacia los cristianos. Esta vez, Diocleciano ordenó que fuera azotado hasta la muerte, cumpliéndose finalmente su martirio.

San Sebastián es recordado como un símbolo de resistencia y fortaleza en la fe. Su imagen, con el cuerpo atravesado por flechas, ha inspirado a muchos cristianos a perseverar ante la persecución. Es patrono de soldados, atletas y enfermos, especialmente aquellos que padecen enfermedades contagiosas. Su vida nos enseña el valor de la fidelidad a Dios incluso en las circunstancias más difíciles.

Festividad: 20 de Enero

Patrón de los soldados