Lámina Virgen de Guadalupe
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La historia de la Virgen de Guadalupe comienza en diciembre de 1531, en el cerro del Tepeyac, cerca de la actual Ciudad de México, cuando la Virgen María se apareció al indígena nahua Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un hombre convertido al cristianismo pocos años antes. En su primera aparición, el 9 de diciembre, la Virgen, con aspecto de mujer mestiza y vestida con ropas llenas de simbolismos, le pidió que solicitara al obispo Fray Juan de Zumárraga la construcción de un templo en ese lugar. Aunque Juan Diego llevó el mensaje, el obispo no creyó en su relato y le pidió una señal.
En una de las apariciones posteriores, la Virgen le pidió a Juan Diego que recogiera flores del Tepeyac como prueba. A pesar de ser pleno invierno, encontró flores de Castilla, las cuales colocó en su tilma. El 12 de diciembre, al presentarlas al obispo, al abrir su manto, apareció milagrosamente la imagen de la Virgen de Guadalupe estampada en el tejido.
La imagen de la Virgen está llena de simbolismos profundos que combinan elementos cristianos e indígenas. Su manto azul lleno de estrellas representa el cielo, mientras que la túnica rosa con flores simboliza la fertilidad y la tierra. La luna bajo sus pies y el ángel que la sostiene la muestran como reina del cielo y de la tierra. Su aspecto mestizo representó un mensaje de reconciliación entre los pueblos indígenas y europeos, en un momento de gran tensión cultural y social. Además, los estudios modernos han descubierto que los ojos de la Virgen reflejan figuras humanas, como si fueran una fotografía del momento del milagro.
Otro dato sorprendente es que la tilma, hecha de fibras de maguey que deberían haberse descompuesto en unos 30 años, ha sobrevivido casi 500 años en perfecto estado, incluso resistiendo un atentado con bomba en 1921.
Una anécdota interesante relacionada con la Virgen de Guadalupe ocurrió precisamente durante este atentado. En 1921, un hombre colocó una bomba oculta dentro de un ramo de flores frente a la tilma en la Basílica de Guadalupe. La explosión dañó los candelabros de bronce y las paredes cercanas, pero sorprendentemente, la tilma y el vidrio que la protegía quedaron intactos, lo que muchos consideran un milagro más asociado a la Virgen. Este evento fortaleció aún más la fe de millones de creyentes.
La importancia de la Virgen de Guadalupe trasciende los siglos. En su tiempo, su mensaje logró unir a los pueblos indígenas y europeos bajo una misma fe, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y consuelo.
En la actualidad, su influencia se mantiene viva, siendo la patrona de México, América Latina y de todas las Américas. Su día, el 12 de diciembre, es celebrado con peregrinaciones, danzas, ofrendas y misas por millones de devotos en todo el mundo. La Basílica de Guadalupe, construida en su honor en el Tepeyac, es uno de los santuarios más visitados del mundo, atrayendo a millones de peregrinos cada año. La Virgen de Guadalupe sigue siendo un faro de fe, unidad y protección, recordándonos que, bajo su manto, no hay nada que temer.
La Virgen de Guadalupe se celebra el 12 de diciembre. Esta fecha conmemora la aparición de la Virgen María a Juan Diego en 1531
El papa Juan Pablo II, nombró a la Virgen de Guadalupe “la Patrona de América” durante su visita a México en 1999. Pero además también se le conoce como “Emperatriz de las Américas”, “La misionera celeste del Nuevo Mundo”.