Lámina Nuestra Señora del Rosario

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La historia de la Virgen Nuestra Señora del Rosario y su aparición a Santo Domingo de Guzmán ha sido muy importante para todos los creyentes, y está relacionada con una oración muy poderosa: el Rosario. Esta historia sucedió en el año 1208; hoy más de 800 años después sigue tan potente como desde ese momento. 

Santo Domingo de Guzmán era un sacerdote que vivía en Prouille, Francia. Dedicó su vida a enseñar sobre Jesús y a ayudar a quienes estaban alejados de la fe. En ese momento, había una herejía, una creencia equivocada, que estaba confundiendo a muchas personas y alejándolas de la vida cristiana. 

Un día, mientras rezaba y pedía ayuda a Dios, se le apareció la Virgen María. Ella le entregó un Rosario, una cadena con cuentas que servía para rezar. Le dijo a Santo Domingo que usara esta oración para predicar y enseñar a las personas. El Rosario se componía de oraciones muy sencillas: el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria, pero mientras se rezaba, también se meditaban los misterios de la vida de Jesús y María, como su nacimiento, la crucifixión y la resurrección.

Santo Domingo empezó a rezar el Rosario y a enseñar a las personas a rezarlo también. Muy pronto, comenzó a ver cambios: las personas volvían a la fe y retomaban la oración. Desde entonces, el Rosario se convirtió en una devoción muy importante para los cristianos.

La Virgen siempre ha protegido con especial cuidado a las familias, y justamente el rezo del rosario "en familia" es algo maravilloso. Es una manera de fortalecer la unidad, y al mismo tiempo una oración que está al alcance de todos en todo momento y lugar.

El rosario es fácil de rezar, no requiere un lugar especial ni mucho tiempo. Se puede hacer en cualquier momento del día, solo o acompañado... en el auto, en la casa o en el trabajo. ¡Donde tu quieras!