Lámina Santa Amalia de Mauberge

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Santa Amalia de Maubeuge vivió hace mucho tiempo, en el siglo VI, en una región que ahora es Francia. Ella nació en una familia noble y rica, pero, a pesar de tener una vida cómoda, Amalia sentía que quería dedicar su vida a Dios.

Cuando era joven, decidió que no quería seguir una vida de lujos, así que se fue a vivir en un monasterio, que es un lugar donde las personas se dedican a rezar y a servir a Dios. El monasterio de Maubeuge, donde Amalia se fue a vivir, era un lugar muy especial y importante para los cristianos.

En el monasterio, Amalia se convirtió en la abadesa, que es como la directora del lugar. Ella era muy buena en su trabajo y se preocupaba mucho por las demás monjas y por la gente que venía a pedir ayuda. Era conocida por ser muy amable y por hacer muchas cosas buenas por los pobres y necesitados.

Santa Amalia también era muy sabia y enseñaba a las personas cómo vivir de manera correcta y fiel a Dios. La gente venía a ella en busca de consejo y ayuda, y ella siempre les ofrecía su apoyo y orientación.

Además de ser una gran líder, se decía que Santa Amalia hizo muchos milagros. Las personas creían que Dios la ayudaba a hacer cosas increíbles, como sanar a los enfermos y hacer cosas maravillosas.

Amalia vivió una vida dedicada completamente a Dios y a ayudar a los demás. Cuando murió, la gente la recordó con mucho cariño y la consideró una santa por su amor y dedicación.

Cada año, el 10 de julio, se celebra el día de Santa Amalia para recordar su vida y todo lo bueno que hizo. Su historia nos enseña que podemos hacer mucho bien en el mundo si seguimos los valores de amor y servicio, como ella hizo.