Lámina Santo Domingo de Guzman
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"Tened caridad, conservar la humildad, poseed la pobreza voluntaria".
Santo Domingo de Guzmán fue un hombre muy especial que vivió hace muchos años, en el siglo XIII, en España. Nació en un pequeño pueblo llamado Caleruega, en una familia muy devota y cristiana. Desde que era niño, Santo Domingo mostró un gran amor por Dios y por aprender cosas nuevas.
Su mamá, la beata Juana, tuvo un sueño muy interesante cuando estaba embarazada de él: soñó con un perro que llevaba una antorcha en la boca, y la luz de esa antorcha iluminaba todo el mundo. Más tarde, muchas personas interpretaron este sueño como un símbolo del futuro papel de Domingo en la difusión de la fe.
Cuando creció, Santo Domingo estudió y se convirtió en sacerdote. Su misión más importante comenzó cuando viajó a una región de Francia donde mucha gente estaba confundida y seguía ideas equivocadas sobre Dios. Domingo vio esto y sintió que debía hacer algo para ayudarles a conocer la verdad.
Decidió formar a un grupo de predicadores que, como él, viajarían de un lugar a otro enseñando a la gente sobre el amor de Dios y la verdad del Evangelio. Este grupo se convirtió en la Orden de Predicadores, o los dominicos, que hasta hoy son conocidos por su dedicación a la enseñanza y la predicación.
Santo Domingo también tenía un amor muy grande por la Virgen María y enseñaba a rezar el Rosario, una oración que se volvió muy popular gracias a él.
Santo Domingo pasó su vida viajando, enseñando y ayudando a que volvieran a la fe verdadera. Murió el 6 de agosto de 1221 en Italia, pero su legado sigue vivo hoy. Los dominicos, la orden que fundó, continúan predicando y enseñando en todo el mundo, llevando la luz del amor de Dios a muchos corazones, igual que el perro del sueño de su mamá que llevaba la antorcha e iluminaba todo.
Festividad: 8 de Agosto