La aproximación a la muerte se construye culturalmente y tiene distintos significados para cada persona. Para algunos puede significar un final y, para otros en cambio, puede vivirse como un estado de transformación o realización. En nuestra cultura, la muerte muchas veces resulta un tema tabú y doloroso, por lo que puede ser difícil de abordarlo con los niños. Sin embargo, la muerte es algo natural e ineludible y, por lo mismo es importante de hablar de esta.  

Cuando muere un ser querido, es inevitable que se afecte todo el sistema familiar y, por lo tanto, los niños también se afectan, siendo esencial abordar el tema con ellos y brindarles el cuidado, atención y afecto que necesitan. A continuación sugerimos algunas ideas acerca de cómo acompañar este proceso:

  • Contarles con palabras claras y sencillas que el ser querido murió, evitando metáforas y analogías como: “Está dormido”. “Está descansando al fin”. “Ahora va a estar mucho mejor”. 
  • Responder preguntas con honestidad y simpleza del lenguaje. 
  • Facilitar la despedida del ser querido (con un dibujo, poniendo una foto en algún lugar especial o a través de algún otro rito). 
  • Utilizar recursos para facilitar la comprensión de la muerte (acorde a la edad) como películas, cuentos infantiles o ejemplos de la naturaleza que permitan hablar de esta como un proceso natural. 
  • Acoger las emociones del niño y tener más paciencia, ya que es muy probable que presenten cambios de conducta y necesitan sentirse queridos. 
  • Intentar mantener las rutinas diarias para brindarles seguridad.
  • Contarles lo que sentimos como adultos, aunque creamos que no nos entienden, les sirve de modelaje para poder darse permiso a expresar lo que les pasa. No se debe tener temor a que vean a los adultos llorar, ya que eso les permite observar que es natural sentir tristeza y pena y que el llanto alivia esa emoción.
  • Acoger los recuerdos respecto de la persona fallecida.   
  • Solicitar apoyo psicológico en caso que los síntomas se agudicen o interfieran significativamente en la adaptación a distintos ámbitos de sus vidas. 

No imponer nuestra propia manera de enfrentar la muerte, ya que cada niño puede vivirla de un modo particular que es importante de respetar. 

 

Bernardita Izquierdo O.

Psicóloga Infantil

 

sofia besoain