“La virgen te espera en la capilla” fue como un niño quien al parecer era el ángel de la guarda le avisa a Catalina de Labouré una humilde monjita vicentina, hoy santa, que la virgen la esperaba en la capilla del noviciado donde ella pertenecía.
Esta fue la primera aparición el 18 de julio de 1830.
Días después el 27 de noviembre, la Virgen se aparece nuevamente a Santa Catalina, vestida de blanco y junto q ella había globo de luz sobre el cual estaba la cruz. Nuestra señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra.
María Santísima dijo entonces a Catalina:
“Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan”.
Entonces alrededor de la cabeza de la virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: “Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y una voz dijo a Catalina “Hay que acuñar una medalla semejante a esto que estas viendo”.
Todas las personas que la lleven sentirán la protección de la Virgen, las gracias serán abundantes para las personas que la lleven consigo con confianza”, y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Esta es la imagen que hoy está en la Medalla Milagrosa ✨
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