Hace casi 6 meses que murió mi mamá.
De un día para otro la vida de mi familia y la mía cambio de golpe. Bruscamente, sin previo aviso.
Tengo la suerte de tener una familia unida, en la cual todos nos amamos mucho y nos preocupamos mucho por cada uno. Mi mamá siempre fue y es un pilar fundamental.
El alma de la fiesta, alegre y con ganas de disfrutar la vida. Los días pasan y vamos viviendo esta nueva realidad. Es difícil, muy difícil. Cada día es una nueva lucha, pero seguimos adelante, con altos y bajos, porque de alguna manera sentimos que mi mamá está y nos insta a continuar y a seguir disfrutando de la vida como ella siempre lo hizo.
Aun así, hay días en los que mi cabeza esta confusa, días en los que la angustia me sobrepasa; y es aquí donde entra este libro.



El libro tibetano de la vida y de la muerte, me lo presto mi tío poco después de la muerte de mi mamá. Y la verdad ha significado una ayuda enorme, para
poder aprender a vivir de esta nueva manera.
Mediante este libro aprendí sobre la impermanencia. Aceptar que no poseemos ningún tipo de control sobre esta vida. Lo único constante es el cambio.
La vida fluye, crecemos, cambiamos, morimos. Y en este sentido me gusto mucho la visión budista sobre la muerte. Siento que, en la cultura occidental, le tememos mucho. Vivimos como si la muerte no existiera, como si fuera algo que va a pasar en un lejano futuro.
Cuan equivocados estamos. La muerte esta con nosotros cada día y es por eso mismo que no debiéramos temerle.
La vida y la muerte son dos caras de una misma moneda. Simplemente un cambio más dentro de nuestra vida.
La famosa impermanecia.
Si vivimos aceptando la muerte en su cotidianidad creo que es posible que aprendamos a vivir como realmente queremos.
Si dejamos de pensar en la muerte como algo sumamente lejano, y por el contrario comenzamos a vivir en el aquí y en el ahora, haremos lo que realmente queremos con nuestras vidas.
Conozco muchas personas que viven postergando lo que quieren, debo
trabajar en esto que no me gusta para luego poder ser feliz. Pues no, esa no es la vida que yo quiero.
Viviré como mis padres me enseñaron. Disfrutar cada momento de la vida.
Creo que mi mamá es un gran ejemplo de esto. Siempre con una sonrisa en la
cara, aprovechando cada momento, bailando y viajando por el mundo.
Admito que a veces puede ser fácil decirlo. A mi aun me cuesta mucho cambiar mi mentalidad para realmente vivir en el presente.
Una de las técnicas que a mi personalmente me ha servido mucho es la meditación.
En el libro tibetano de la vida y la muerte, Sogyal Rimpoché, nos enseña diversas técnicas para guiarnos en el camino hacia la meditación.
Espero que este libro les sirva tanto como a mi, en este camino hacia la vida y hacia la muerte.


Sofía Prieto Gelfenstein
@lalibreriadesofia

sofia besoain